El surco de piel que queda entre la mejilla y boca se llama surco nasogeniano. Es un surco que, sin ser propio de la raza humana (ya que algunos simios también lo tienen), sí que nos diferencia de algunos primates muy cercanos a nosotros como son los chimpancés y los gorilas. La configuración de este surco va a estar determinada por varios elementos:
- Estructura ósea de la región de la mejilla
- Estructura ósea de región peribucal
- Compartimento graso profundo de la mejilla
- Compartimento graso nasogeniano (compartimento superficial de grasa más cercano a la nariz)
¿Cómo se modifica con la edad?
Si cogemos una foto de un bebé el surco nasogeniano, queda disimulado por los “papos” o moflete”. Durante la primera infancia la grasa profunda tiene su máximo volumen y la grasa superficial se encuentra bien colocada, por lo que el surco queda visualmente disimulado.
En la adolescencia disminuye el volumen de los compartimentos grasos de manera uniforme por lo que el surco sigue sin llamar mucho la atención. Cualquiera que se mire en una foto suya de esa época puede observar que su cara tiene aspecto relleno.
Con los años la grasa superficial va disminuyendo su volumen de manera que los mofletes se hacen más planos dando lugar a caras más angulosas, que pueden dar un aspecto más maduro y atractivo. Sin embargo en determinadas personas la pérdida de esa grasa superficial da un aspecto envejecido. Es la pérdida de esta grasa la que da aspecto “demacrado” al rostro de deportistas de élite como los maratonianos o los ciclistas.
En la década de los 40 años en adelante, la grasa más superficial (la del compartimento nasogeniano) “resbala” acentuando el surco y envejeciendo nuestro aspecto.
En la tercera edad, se produce una pérdida de la grasa superficial y su caída produciéndose la típica cara con pliegues marcados y arrugas estáticas.
¿Es posible detener este proceso?
Lamentablemente los cambios por la edad y el efecto de la gravedad son difíciles de detener, pero sí que podemos actuar sobre determinados factores para restituir el volumen que se pierde en la cara y “disimular” el surco nasogeniano sin actuar directamente sobre él.
¿Qué podemos hacer?
Dado que el problema es doble, la pérdida de grasa y su descenso en la cara, lo que vamos a intentar es recuperar volumen “tirando” de la cara hacia arriba y hacia atrás (es decir, en dirección a las orejas). Para ello se rellena con ácido hialurónico la zona lateral del pómulo (no se da volumen al pómulo ya que le resultado no queda natural y da aspecto de chica recauchutada o hinchada artificialmente). También podemos asociar el uso de hidroxiapatita cálcica en la zona de los pómulos y mejilla al tratamiento con ácido hialurónico puesto que este tratamiento genera colágeno que tensará la piel. En ocasiones asociamos un poco de relleno en la fosa piriforme que es un espacio que queda en la unión del surco nasogeniano con la nariz y el labio superior, pero recomendamos no aumentar de volumen demasiado esta zona para evitar resultados poco naturales.
En resumen:
El surco nasogeniano es una estructura anatómica de la cara entre mejilla y boca que está presente de forma natural en todos los seres humanos.
No es recomendable eliminarlo pues da lugar a un aspecto antinatural de la cara.
Se puede modificar su posición y aspecto mediante distintas técnicas, siendo el uso de rellenos con ácido hialurónico una de las preferidas por sus resultados y baja tasa de complicaciones.