Muchas pacientes nos preguntan en la consulta sobre cual de las dos técnicas es mejor para ellas. Con la anestesia general el paciente esta completamente inconsciente, no guarda ningún recuerdo una vez que se haya dormido («no se entera de nada»), y las condiciones para operar son óptimas para el cirujano, pero es necesario conectar al paciente a una maquina que le ayuda a respirar mientras esté anestesiado. En cambio, con la sedación el paciente respira solo, aunque siempre necesita oxígeno con unas gafas nasales o una mascarilla, y en ocasiones el anestesista tiene que ayudarle a respirar insuflándole aire con una máscara, ademas puede ocurrir que recuerde fragmentos de la cirugía…
En general las cirugías sobre zonas pequeñas, que no requieren relajación muscular o inmovilidad del paciente se pueden realizar con una sedación ligera sin mayor problema (retocar una cicatriz, eliminar una pequeña imperfección de la piel…).
En el resto de cirugías (aumento de pecho, liposucción, blefaroplastia…) nuestro equipo prefiere la anestesia general, por su relación entre seguridad y comodidad del paciente. Debemos recalcar que tanto la anestesia general y la sedación profunda son muy seguras para el paciente, y que las complicaciones en ambas son excepcionales en pacientes sin problemas graves de salud.
Por último, con ambas técnicas el paciente se puede ir a casa en el mismo día de la intervención, siempre que no este indicado que haga noche en el hospital por la técnica quirúrgica, o por los problemas de salud del paciente.