Hoy hablaremos de un mito muy frecuente y que me comentan mis pacientes a menudo, el miedo de tener una contractura capsular por llevar un mal postoperatorio, reincorporarse pronto al trabajo o hacer algún ejercicio en el gimnasio. Me veo obligado a escribir este post ya que una parte muy importante de nuestros pacientes pertenecen al mundo del fitness o al deporte de competición y la pregunta se repite con frecuencia en consulta.
Por tanto, ¿puedo desarrollar una contractura capsular por practicar deporte demasiado pronto? ¡Definitivamente no! La contractura capsular es la complicación más frecuente en cirugía mamaria, su frecuencia oscila entre un 4% y un 8% en los primeros 10 años y su causa principal es contaminación bacteriana en el momento de la cirugía unido a una predisposición genética o inmunológica que todavía no hemos sido capaces de definir y un punto muy importante de azar. Para evitarla colocamos implantes debajo del músculo, lavamos bolsillo quirúrgico con antisépticos, pautamos tratamientos antibióticos y en mi caso personal, utilizo desde principios de 2016 la técnica “no touch” de KELLER FUNNEL. He subrayado y remarcado la palabra “capsular”, para diferenciarla claramente de la contractura muscular, que es la que puedes experimentar si haces el bruto en el gimnasio al poco de estar operada. Como ya hemos comentado, una contractura muscular puede provocar dolor y desplazamiento hacia arriba del implante (casi siempre temporal), pero no tiene nada que ver con la contractura capsular.
Prótesis anatómicas y gimnasio
Otro tema frecuente de debate se relaciona con las prótesis anatómicas y el fitness. Como ya sabeis, las prótesis redondas no tienen riesgo de rotación (ya que pueden rotar cuanto quieran). Las prótesis anatómicas deben quedar encajadas en el bolsillo quirúrgico. Ejercitar músculos del tercio superior del torax, especialmente el pectoral mayor, demasiado pronto (antes de los 3-4 meses) si llevas prótesis anatómicas SÍ está relacionado con mayor riesgo de ensanchamiento del bolsillo y rotación, así como con desarrollar seromas (acúmulo de líquido alrededor de la prótesis) debido a la mayor rugosidad de las prótesis anatómicas. Como siempre, la clave está en las consultas previas a la cirugía en las que paciente y cirujano deben explicar claramente la recuperación y el postoperatorio adecuado. En pacientes muy deportistas debemos tomar todas las precauciones para evitar la famosa rotación del implante anatómico seleccionando implantes con una anchura adecuada al bolsillo quirúrgico, con una proyección adecuada para que el implante quede encajado en el torax, siempre en pacientes con poca laxitud cutánea y siendo conscientes de los cuidados necesarios en el postoperatorio. Si todas esas medidas no son posibles, debemos seleccionar implantes redondos o incluso plantearnos implantes de poliuretano.
RESUMEN
- Contractura capsular y gimnasio no tienen nada que ver, si tu cirujano te da el ok podrás practicar deporte sin preocuparte.
- Si tus prótesis son anatómicas, tu reincorporación al gimnasio deberá ser más paulatina (empezar al mes de la cirugía y evitar ejercicios de pectorales hasta el tercer o cuarto mes).
- La contractura capsular está relacionada con la técnica quirúrgica, la vía de entrada de la prótesis, la duración y complejidad de la cirugía, el azar, la genética, la rugosidad de los implantes, el plano subglandular, etc…pero no con el deporte en el postoperatorio.